Do estado das coisas na vizinha Espanha

“Está ao virar da esquina”, sería la frase ideal para describir la situación actual en España. En estos últimos años se han dado en el país vecino pasos de gigante hacia la normalización social del hecho homosexual. Estos pasos de gigante vendrán a tener su colofón cuando se haga efectiva la reforma del Código Civil que legaliza el matrimonio entre homosexuales, reforma que, según datos del gobierno de Zapatero, podría llegar a beneficiar a unos cuatro millones de españoles. Sin embargo, este enorme cambio no ha sido tan fácil.

En el período transcurrido desde el anuncio de la aprobación de esta ley en octubre del año pasado hasta ahora, no ha dejado de manifestarse la sección más rancia y conservadora de la sociedad española, abanderada en todo momento por la Iglesia Católica y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ, organismo institucional encargado de la gestión de cortes y tribunales). Ambas entidades se han dedicado con ahínco a hacer la zancadilla al avance legislativo, lo que no es excusable en el caso del CGPJ, pero que resulta totalmente intolerable en el caso de la Iglesia Católica, entidad religiosa acostumbrada a gozar de una influencia política que como tal no le corresponde.

Desde el inicio del proceso, la Conferencia Episcopal como entidad y diversos miembros de las altas jerarquías eclesiásticas han alzado sus voces y movido sus hilos, pero la última joya que nos ha brindado el arzobispo de Pamplona se aproxima ya a la ciencia ficción. El arzobispo de Pamplona, obispo de Tudela y secretario de la Conferencia Episcopal ha vaticinado que, tan pronto como la nueva reforma sea aplicada, España sufrirá una “epidemia de homosexualidad”, lo que corona diciendo que “los homosexuales, si quieren, con ayudas bien dirigidas, pueden cambiar su situación”.


Sergio y Baco
Desculpe lá, senhor Arcebispo, pero creo que se equivoca en sus dos aseveraciones. Ni va a haber más homosexuales en España de los que había hace unos meses, ni es cierto que se pueda cambiar la orientación sexual de una persona.

Presumiblemente los homosexuales ganarán visibilidad, y espero ansiosamente que así sea. Si es esto lo que usted teme, permítame decirle que lo que usted padece se conoce como homofobia. Con el mayor de los respetos, le recomiendo apoyo psicológico que le ayude a superarla.

Respecto de que, los que queramos, podemos cambiar “nuestra situación”, le ruego me disculpe pero prefiero declinar su sugerencia. Ignoro lo que subyace tras palabras tan ambiguas como “ayudas bien orientadas” y “situación”, pero le recuerdo,caso tenha esquecido, que hace más de treinta años que la Organización Mundial de la Salud sacó la homosexualidad de la lista de enfermedades y en consecuencia hace también una buena temporada que la psicología / psiquiatría dejó de sugerir tratamientos para ella.

Afortunadamente para la Iglesia Católica, no todos sus miembros mantienen posturas tan retrógradas, especialmente entre los “curas de barrio”. Valga el ejemplo de un sacerdote madrileño que hace dos días nos iluminaba a todos con la aseveración de que “en el Evangelio no hay nada que prohíba el matrimonio entre homosexuales”.

De cualquier forma, cabe felicitarse, pues la reforma continúa imparable y en breve será posible la inscripción de matrimonios del mismo sexo en el Registro Civil. Desde aquí, mis más sinceras felicitaciones a esos cuatro millones de españoles que verán reconocido un derecho que nunca les debió ser negado.

-Más:

 Las palabras del arzobispo de Pamplona: http://es.news.yahoo.com/050107/4/3u9mw.html

 Las palabras del cura de Madrid: http://es.news.yahoo.com/fot/txt/20050116190011.html

 Toda la información sobre el matrimonio homosexual: http://www.publiboda.com/bodas_gay/index.html


xaxaoc